El vídeo fácil
En 1965 con la intención de aumentar las ventas y que todo el mundo tuviera un fácil acceso a grabar sus vidas cotidianas y familiares, Eastman Kodak sacó a la venta “Super 8”. Este formato de película de vídeo surgió como una mejora del 8 mm aportándole a su antecesor mayor definición y como novedad un cartucho de quita y pon.
Una gran novedad de este formato fue la incorporación de sonido directo por parte de la cámara. En 1975 se sacó al mercado una película sonora junto con una gama de cámaras con micrófonos y cabezal de grabación. Antes de esta innovación había que llevar un magnetófono y sincronizarlo con la cámara si querías sonido.
Como curiosidad, en 1978, Polaroid, en pleno auge, creó una película que tras la exposición se revelaba. Esto que parece un gran invento no tuvo casi repercusión debido a su baja calidad y a que salió justo antes de los sistemas de videograbación.
En los años 80, entre calentadores y hombreras, aparecieron las cámaras de video y poco después la generación de cámaras Auto Focus, que automatizaban el enfoque al grabar. Pero al igual que dejamos de lado a los Pegamoides o a los Pet Shop Boys, las cámaras super 8 fueron decayendo.
A partir de ahí las fábricas de cámaras, carretes y proyectores empezaron a cerrar o a reconvertirse para las nuevas tendencias. Hubo algunas fábricas que permanecieron abiertas, la útima en cerrar fue Zenit Quarz que siguió haciendo cámaras hasta 1993. Sin embargo, se siguieron produciendo películas hasta hace muy poco ya que el formato super 8 se ha ido convirtiendo en un método a utilizar por los aficionados y como método preparatorio en escuelas de cine.
Todavía en la actualidad podemos encontrar anuncios o videoclips que se han hecho con Super 8 por ese aire retro que desprenden sus grabaciones, pero ya hablaremos en otro post de la actualidad de Super 8.