Ouka Leele, la fotógrafa de la movida.
Ouka Leele, puede ser la fotógrafa más característica de la movida madrileña. Por su nombre real, quizás cuesta algo más ubicarla. Bárbara Allende Gil de Biedma, ha sido más que una fotógrafa ya que unificó su talento con la pintura, creando obras que no dejan indiferentes a nadie y estableciendo un estilo peculiar y único.
Nació en Madrid, en 1957. Desde muy joven, se interesó por el arte, comenzando la carrera de Bellas Artes y dejándola para aprender piano y fotografía. Con sólo 18 años, publican sus fotografías en un libro, junto con otros autores, llamado “Principio”. Esto, será el comienzo de su carrera como fotógrafa. Con 20 años superó un cáncer, que le hizo entender la fugacidad de la vida y desarrollar una mirada diferente ante ella.
Hacía fotos en blanco y negro porque consideraba que el color no representaba bien la realidad. Curioso, cuando los colores que utiliza para colorear las fotos son bastante llamativos y en cierto modo, poco realistas o naturales.
Al pintar las fotos, encontraba en el color una manera de expresar, ya que ella se consideraba pintora de nacimiento. Antes, pintaba directamente las copias con acuarelas, ahora, se ha adaptado al movimiento digital y trabaja las imágenes con Photoshop.
Su carrera despegó participando en varias revistas y exponiendo por todo el mundo. Se convirtió en un icono de una época transgresora y supo transmitir con los colores ácidos y la estética pop lo que la época requería.
En los años 80, adquiere el seudónimo Ouka Leele, adquiriéndolo del nombre de una estrella de un mapa de estrellas de El Hortelano. En un principio, no utilizaba su nombre por timidez, más adelante, se convirtió en su forma personal de quedar detrás de su obra dándole a esta toda la importancia y protagonismo.
Ha sabido estar presente en una época muy interesante para la cultura española, rodeándose y trabajando con celebridades como Almodovar, Julio Medem, Paloma Chamorro, Rossi de Palma y Radio Futura entre otros. Además, es prima de Esperanza Aguirre.
Dentro del arte, también destaca en diseño de objetos y performance, siendo destacada su obra Rapelle-toi Bárbara, sobre el mito de Atlanta e Hipomenes y su posterior performance “Revive Cibeles” para concienciar sobre los malos tratos.
En 2005 gana el Premio Nacional de Fotografía.