Los químicos no son baratos y cuando toca reponerlos puedes dejarte bastante dinero como para que dejen de dar resultados favorables antes de tiempo.
Un químico nace, vive y muere en un tiempo muy rápido si su modo de conservación no es el adecuado. Por este mismo motivo, en este artículo y los siguientes hablaremos de una forma de conservación y aprovechamiento máximo de los químicos, y, además, de una conservación posterior en los negativos y copias finales.
La primera gran regla es no derrochar. Si nosotros siempre revelamos con una medida de 350ml, ¿qué sentido tiene hacer una mezcla de 1 litro? Exceptuando algunas marcas, debería considerarse casi delito juntar químicos sin usar con químicos usados, ya que reducimos drásticamente su vida útil y nos arriesgamos a revelados no deseados. Por tanto, aunque usemos revelador en polvo como revelador líquido, la dilución que haremos será siempre la cantidad que necesitaremos en ese preciso momento. Haciendo solo la mezcla necesaria en el momento necesario optimizaremos nuestros químicos brutalmente.
La segunda gran regla es la elección de nuestra botella. Existen en el mercado fotoquímico millones de opciones a precios de risa, sin embargo y sin intención de ofender a nadie, yo personalmente prescindo de ellas. A pesar de estar enfocadas a un mercado químico, el plástico es poroso, es decir que podría contaminar nuestros químicos si reutilizamos una botella muchas veces debido a que tragaría una pequeñísima parte de nuestros químicos.
Por tanto, mi elección para la botella se decanta por el vidrio. En todo el tiempo que llevo en este mundo, he visto que el vidrio es un material frágil, pero con una gran cualidad: puede ser reutilizado numerosas veces debido a que no es poroso, es neutral con el producto almacenado y lo más gracioso, es que estas botellas vamos a poder encontrarlas en cualquier bazar muy fácilmente y a precios muy reducidos. Normalmente suelen venir con tapones de corcho, los cuales yo recomiendo cambiar cada vez que se cambia el químico ya que el corcho puede contaminarse fácilmente. En cuanto a medidas, os diría de buscar la medida más cercana a la que utilicéis habitualmente. Por ejemplo, si hacéis revelados con mezcla de 650ml, buscad una botella de 700ml (si encontráis una de 650ml seréis los reyes del mundo).
La tercera gran regla es la de que el oxígeno es nuestro mayor enemigo, ya que oxida nuestros químicos y los debilita. En las tiendas de fotografía fotoquímica encontraremos fácilmente las famosas botellas de fuelle, con las cuales podemos reducir el aire (al parecer no existen botellas de menos de 500ml, por lo que si hacéis menos mezcla no les veo mucha ayuda).
Yo, personalmente no las utilizo, pero otra persona que hiciera la capacidad de mezcla para ellas podría usarla perfectamente1. Sin embargo, mi forma favorita “antiaire” es mucho más barata, fácil de realizar e infantil: las canicas. Cuando introducimos un volumen dentro del químico, el líquido se desplazará y ocupará más espacio, por lo que llegará un momento en el que reduzcamos el espacio de aire al máximo.
Si no queremos ni botellas de fuelle ni canicas, en el mercado también podremos encontrar el llamado spray Tetenal Protectan, el cual es un gas inerte que desplaza el aire, alargando la duración de los químicos.
Por último, la cuarta regla es que la luz también es nuestro enemigo. Encontrar botellas opacas puede ser fácil si vamos a las tiendas de fotografía y nos da igual que sean de 1 o 2 litros y de plástico. Sin embargo, sinceramente os digo que tampoco hay que alarmarse por eso demasiado. Para mi es mucho más importante una buena conservación por medio de la reducción del oxígeno que por el uso de botellas opacas, debido a que, si conseguimos un espacio como un armario o una caja opaca, ya tendremos la función de oscuridad. El único momento donde nuestros químicos verán la luz será en el momento de crear las mezclas, y sinceramente, ese momento es demasiado corto como para ser alarmistas2
Por tanto, como resumen, para una conservación de los químicos necesitamos:
- No despilfarrar químicos
- Elegir una botella adecuada a nuestros intereses
- Intentar reducir el aire al máximo
- Conservar los químicos en botellas opacas o en espacios opacos.
Como extra, decir que el ambiente donde se encuentren nuestros químicos también puede influir en su estado. Los espacios con temperatura no muy altas son los más ideales. ¡Incluso hay autores que optan por una conservación en neveras frigoríficas! Lamentablemente, no os podré ser de mucha ayuda ya que yo no tengo la posibilidad de conservarlos ahí.
Cada cual hace lo que quiere con su dinero y químicos, pero sinceramente tras mucha búsqueda y varios años de pruebas, puedo confirmaros que siguiendo estas sencillas reglas nuestros químicos vivirán y nos darán grandes resultados durante largos periodos de tiempo, sin riesgo a revelados extraños.
1 Es recomendable que el fijador nunca se guarde en una botella de fuelle ya que tiene tendencia a cristalizarse y meterse en los huecos del fuelle. El revelador también puede cristalizarse.
2 Hay químicos especiales que solo se pueden abrir en la completa oscuridad, por lo que sí será necesario una botella opaca para su completa conservación.
MUY FAN DEL METODO DE LAS CANICAS
¡¡Por fin!! Karanva se decidió a participar en este blog!!
Soy un aprendiz de todo lo que concierne a la fotografía; así que soy una esponja intentando aprender y asimilar todo lo que leo. Algo ya conocía por haber hablado contigo; pero el “truco de las canicas” lo desconocía y me parece ingenioso y simple. La Fotografía barata no es, nunca nos lo podrá parecer, así que todo lo que sea economizar y no desperdiciar producto será bien recibido.
Espero poder leer más de tí.
Gracias.